Mitos y verdades de la natación.
Artículo revisado por el Comité
Con seguridad habrás escuchado más de alguna vez "esa alberca tiene mucho cloro, puedo olerlo desde aquí". En este artículo te decimos las verdaderas y las mentiras que giran alrededor de las albercas.
"Si comes, espera una hora antes de nadar o te hará mal"
Mito: Verdadero
La verdad es que cuando tu estómago está digiriendo los alimentos, más sangre es impulsada hacia el estómago para ayudar a la digestión, dejando con menos flujo sanguíneo a otros músculos. Si sobre-trabajas otros músculos mientras nadas, puede ser o no que experimentes calambres. Para evitar que esto se haga realidad, asegúrate en comer algo ligero y regresa a nadar con naturalidad.
"Hay mucho cloro en el agua, porque puedo olerlo desde aquí"
Mito: Falso
En realidad, ocurre lo contrario. Un repaso rápido en cuanto a la química del agua: el cloro en la alberca ataca a las bacterias y crea cloraminas. Cuando tratas la alberca con cloro altamente concentrado (SHOCK), estas cloraminas se mezclan con el oxígeno y se escapan con el aire. Esta es la razón por la que puedes oler el cloro. Cuando tú lo hueles, significa que está en el aire y no en el agua realizando su trabajo, por lo que debemos agregar más cloro.
"El cloro tiñe de verde el pelo rubio"
Mito: Falso
Cloro muy bajo. Nuevamente, el cloro no es el culpable, sino el cobre disuelto en el agua. Algunos alguicidas a base de cobre y los metales disueltos en el agua pueden pegarse a la proteína del pelo. No te preocupes esto es solucionado con un buen shampoo y acondicionador para el pelo.
"El cloro te irrita los ojos si los abres bajo el agua"
Mito: Falso
De hecho lo que irrita los ojos es el descontrol del pH en el agua. Manteniendo los químicos del agua en los parámetros recomendados evitará muchos problemas en la alberca.